España lleva sumida en una tormenta mediática a la vez que ecléctica desde que a principios de 2013 se conocieran “esos” papeles. El 31 de enero terminaba la dura cuesta para la mayoría de los españoles. Pero comenzaba una mucho peor para el Partido Popular, que a estas alturas parece no ver la cima, o más bien el bajón, con una fecha que para Mariano Rajoy está cada día más cerca. Marcada en rojo. Desnuda de expectativas.
Mientras el presidente del Gobierno sumerge su pálido cuerpo en las frías aguas del Umia, pequeñas bombas van torpedeando los fueros del Gobierno desde fuera hacia dentro, que son las que más duelen. La estrategia, como en la mejor de las guerras, ha comenzado en diferentes puntos a la vez. Los grandes bastiones ya están ganados. Ahora vamos a por las comunidades.